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LA HISTORIA ACERCA DEL DINERO
Historia de la creación del dinero. El origen del negocio bancario se remonta a cuando el oro era el dinero real y, como tal, lo guardaba el orfebre en su almacén. Como que el oro era muy pesado e incómodo de mover, el dinero en circulación eran participaciones de este dinero metálico. Un día, el orfebre pensó que podía cobrar interés por el préstamo de estas participaciones y para compensar empezó a pagar un interés menor a los depositarios de este oro; así se inició en Europa el negocio bancario.
Este sistema tenía el problema de que la posibilidad de prestar dinero estaba claramente limitada por la cantidad de oro en circulación; entonces los orfebres, ya convertidos en banqueros, inventaron el sistema de reserva fraccionaria, que consiste en qué sólo hay en reserva una parte de lo que realmente se presta. O dicho de otra manera, a partir de un dinero real se crea dinero de la nada en una proporción que, teniendo en cuenta que no todo el mundo retirará su dinero a la vez, nunca pone en dificultades a los banqueros a la hora de devolver depósitos. Esta proporción acostumbraba a ser del 10%, es decir, 10 unidades en circulación por cada unidad real de oro existente en la reserva. Este aumento del dinero en circulación favoreció la expansión comercial en el mundo y, una vez conocida por los estados, en vez de prohibirse se reguló. Para controlar el riesgo que eso significaba si se sabía que no había dinero para devolver a todo el mundo, se creó el sistema de bancos centrales, los cuales dispondrían de reservas de oro adicionales para poder prestar a los bancos en momentos de crisis.
Antecedentes del Gran Capital. Los orígenes empiezan con los bonos emitidos durante la guerra de independencia de Inglaterra por las primeras 3 colonias norteamericanas. Desde entonces hay una dualidad política contradictoria, encarnada idealmente en dos de sus próceres: Alexander Hamilton y Thomas Jefferson. Hamilton, como Secretario del Tesoro del Presidente George Washington, fue quien puso el Estado al servicio del Gran Capital1, como llamaron al ancestro de las multinacionales, además de ser el promotor del proteccionismo industrial2. Jefferson fue el precursor de la igualdad política y social, un tema con frecuencia subalterno, pero muy manoseado en la retórica. Los hechos señalan la mayor trascendencia de Hamilton, aún durante la presidencia de Jefferson (1801 – 1809) y hasta muchas décadas después.
El período de Andrew Jackson (1832-1836), resalta en la historia económica norteamericana porque por primera vez se frenó la voluntad del Gran Capital. En 1832, el Presidente Jackson vetó la renovación de la “Carta” del Banco de los Estados Unidos. Esa “Carta” autorizaba la emisión de dinero sin control público. Es decir, sin publicar lo que ahora se llama el M33.
En 1888, el Presidente Grover Cleveland admitía: “Cuando miramos la actuación del Gran Capital constatamos la existencia de carteles y monopolios, mientras que los ciudadanos se quedan atrás y cuando se rebelan se les aplasta a muerte con un talón de hierro”4.
La ruptura decisiva con la moneda de Estado se produjo con la fundación, en 1913, del Sistema Federal de Reserva de Estados Unidos. Desde finales del siglo XIX, los bancos que se hallaban bajo control del imperio Rotschild emprendieron una gran campaña para apoderarse del control de la economía estadounidense. Los Rotschild, provenientes de Europa, financiaron el Banco J.P. Morgan & Co., el Banco Kuhn Loeb & Co., John D. Rockefellers, Standard Oil Co., los ferrocarriles de Edward Harriman y las fábricas de acero de Andrew Carnegie.
Alrededor del año 1900 las familias de banqueros privados mas importantes de Estados Unidos querían instalar esta institución y para realizarlo necesitaban crear un "incidente".
J.P. Morgan uno de los economistas mas reputados hizo correr el bulo que un banco importante iba a quebrar, produciéndose un "corralito" como el que sucedió en Argentina hace poco y haciendo que la gente no pudiese rescatar su dinero.
La gente cuando se enteró de eso fue en masa a los bancos a retirar su dinero para que no se lo quedara el banco. Los bancos privados ante la imposibilidad de efectivo para suministrar a tanta gente tuvo que solicitar a los que tenían préstamos que se lo devolvieran inmediatamente (eso se puede hacer hoy en día también, el banco te puede reclamar el importe de tu hipoteca si le hace falta, leed el contrato de la hipoteca). Los endeudados tuvieron que vender sus propiedades para pagar a los bancos y se produjo una espiral de endeudamiento e impagos similar a la que hay hoy en día, pero bastante mas pronunciada, ya que fue en muy breve periodo de tiempo.
Una vez pasó la marabunta y el país entero estuvo a punto de la quiebra, Nelson Aldrich, un senador estadounidense perteneciente a la familia Rockefeler mediante casamiento, propuso para evitar pánicos como sucedió en 1907, un banco central que regulara las acciones de la banca privada. J.P. Morgan junto con otros 9 banqueros redactaron la ley (la redactaron los banqueros no el gobierno) y se la entregaron a Aldrich para que se aprobara en el Congreso, pero no tuvo suficiente apoyo.
En esos mismos años de 1900, los Rotschild enviaron a Estados Unidos a uno de sus agentes, Paul Warburg, quien debía cooperar con el Banco Kuhn Loeb & Co. Jacob Schiff y Paul Warburg emprendieron una campaña tendiente a instaurar varios «Federal Reserve Banks» (FED), instituciones privadas de emisión de moneda. Con el apoyo de los dos grandes grupos financieros Rotschild y Rockefeller, lograron fundar un banco central privado con derecho a emitir su propia moneda, medio legal de pago garantizado al principio por el Estado. La instauración de la FED, en 1913, permitió que los banqueros internacionales pudieran consolidar su poderío financiero en Estados Unidos. Paul Warburg fue el primer presidente de la FED.
En 1913, el Presidente Woodrow Wilson salió elegido presidente de los EEUU gracias al apoyo de estos banqueros a cambio de que se introdujese esa ley. Decía: “Los dueños de los Estados Unidos son una coalición de capitalistas e industriales”. El Acta de la Reserva federal, fue aprobada por mayoría simple 2 días antes de navidad, cuando la mayoría de los parlamentarios estaban en casa con sus familias. Fue la época de los bandidos empresarios, llamados “Robber Barons” (Barones del Robo) de apellidos hoy emblemáticos. Sólo en 1914 se trató de frenar sus contubernios monopolísticos con la Ley Clayton (Clayton Anti-Trust Act)5.
De nuevo como ocurrió en 1907, la reserva federal incrementó el suministro de dinero en forma de grandes préstamos a pequeños bancos y estos a personas que se endeudaron (tal y como ha pasado con esta crisis). Pero esta vez la jugada les salió redonda. En 1920 se volvió a repetir la misma jugada, sólo que esta vez el país ya estaba endeudado con el banco central y había poca vuelta atrás. Mas de 5.400 bancos externos, muchos de ellos europeos quebraron y la reserva federal consolidó aún mas su monopolio. Es lo que buscaban.
De esta forma el gobierno no podía ya emitir su propia moneda y los banqueros internacionales se apropiaban indirectamente del patrimonio privado del ciudadano estadounidense, es decir, de su moneda.
Después de la fundación de la FED se produjo la adopción de la 6ª enmienda de la Constitución estadounidense, que permitió que el gobierno cobrara un impuesto sobre los ingresos. Era consecuencia del hecho que el gobierno no pudiera ya emitir su propia moneda. De esa manera, los banqueros internacionales se apropiaban indirectamente del patrimonio privado del ciudadano estadounidense. En aquel momento, los accionistas más importantes de la FED eran:
Los bancos Rothschild de París y de Londres
El Banco Lazard frères de París
El Banco Israel Moses Seif en Italia
El Banco Warburg en Amsterdam y Hamburgo
El Banco Lehmann en Nueva York
El Banco Kuhn Loeb & Co.en Nueva York
El Banco Rockefeller Chase Manhattan en Nueva York
El Banco Goldman Sachs en Nueva York.
La Primera Guerra Mundial convirtió a los Estados Unidos en la primera potencia económica, pero sin cambiar el modelo. En 1924, el Presidente Calvin Coolidge enunció su prioridad política en una frase famosa: “el Gran Negocio de América [EE UU] son los negocios”, para entonces el Gran Capital ya había evolucionado en Multinacionales. En 1929, el modelo Gran Capital colapsó en una Gran Depresión. Se oyó entonces a John Maynard Keynes, diciendo [síntesis nuestra] que para vender es necesario que la gente tenga dinero para comprar.
Después de la Iª Guerra Mundial, las reservas mundiales de oro se habían acumulado en aquel banco privado que en realidad era la FED, de manera que numerosos bancos centrales no pudieron seguir manteniendo el patrón oro y sus países se vieron inmersos en la deflación, produciéndose así la primera crisis económica mundial.
Cada vez que un país pedía un préstamo lo hacía en la moneda americana y esta se emitía sin contemplaciones. En tanto, al finalizar la guerra más de 30,000 toneladas del oro mundial se acumularon en Estados Unidos.
Existía un tipo de préstamo llamado préstamo margen, muy habitual por aquellas fechas, en la que el 90% del dinero se pedía prestado a los corredores de bolsa y el otro 10% lo ponía el cliente. Es decir podías tener 1000$ en títulos sólo pagando 100$. Pero tenía una trampa muy interesante, podía ser pedido en cualquier momento y tenía que ser devuelto en 24h. Es decir, que en 24h te tenías que buscar los 900$ que te faltaban´y devolvérselos al corredor de bolsa.
De nuevo la familia Rockefeler y otros banqueros retiraron sus títulos de la bolsa, lo que provocó que los corredores pidieran masivamente sus márgenes y provocó el mayor crak bursátil de la historia. Conocido como el crack del 29. 16000 bancos fueron a la ruina y comprados por cuatro duros por esos mismos banqueros que se habían retirado con alevosía unos días antes del crack.
Estuvieron emitiendo menos dinero de lo normal, hasta que no había dinero en la calle, lo que produjo una gran depresión económica.
Pero ahí no queda la cosa, con la excusa de salir de la depresión sacaron una ley que todo americano debía regalar todo el oro que poseyera al banco central para eliminar la deuda pública, bajo amenaza de prisión de 10 años por anti-patriota. ¡¡Todo el oro de un país!!
Ese criterio orientó el New Deal (Nuevo Trato) de Franklin D. Roosevelt, que admitió los derechos laborales y sociales (Ley Wagner). Desde entonces tuvo Estados Unidos una legislación sobre seguridad social y transparencia económica. Con Bush, con control de todos los órganos públicos, busca revertir la herencia del New Deal.
Hasta 1933 el dólar podía canjearse por oro, pero eliminaron ese patrón y el dólar pasó a ser un papel sin valor físico, por lo que vale la cantidad que vale sólo y exclusivamente por la cantidad de dólares que hay en circulación. Por lo que ahora el suministro de dinero y su valor dependía exclusivamente de la reserva federal.
Para hacernos una idea, el 35% de tu salario va a pagar los intereses que tiene el propio dinero por estar en circulación. Es decir que todo vale un 35% mas de lo que debería ya que el dinero vale menos.
Durante la IIª Guerra Mundial, Estados Unidos llegó a exigir que los países en guerra le pagaran con oro las armas que compraban. Al terminar la guerra, el oro de Alemania se convirtió en botín de guerra. Más de 30,000 toneladas del oro mundial se acumularon así en Estados Unidos.
Ese oro sirvió de cobertura al dólar.
Pero, como gran parte de esos dólares estaba haciendo el papel de
reserva monetaria en las cajas de los bancos centrales extranjeros,
Estados Unidos pudo seguir imprimiendo más dólares, en cantidades
que ya no correspondían con sus reservas en oro.
En efecto,
los demás países necesitaban dólares para poder comprar materias
primas, que se compraban solamente con esa moneda. Además del oro,
el dólar se convirtió así en una de las principales reservas
monetarias de los bancos centrales extranjeros.
Había comenzado el reinado mundial del dólar. En 1971, Richard Nixon (el presidente número 37 de Estados Unidos, de 1969 a 1974) anuló la convertibilidad del dólar en oro y, al mismo tiempo, la garantía del Estado sobre el valor del dólar. Desde entonces, el valor del billete verde no está en correspondencia con las reservas de oro ni está garantizado por el Estado. Se trata por tanto de la moneda privada libre de la FED. Pero la masa monetaria de dólares que la FED pone en circulación6, se ha convertido en un problema sin solución: la masa mundial de bienes se cuadriplicó durante los últimos 30 años, pero la masa monetaria se multiplicó por 40.
En definitiva todo el sistema financiero internacional se basa en los préstamos de dólares que hacen el Banco Mundial y el FMI, con billetes emitidos por la Reserva Federal, que a su vez tiene por principales accionistas a bancos privados.
¿Cómo funciona este banco privado con derecho a imprimir los dólares? La FED produce dólares. Los presta al gobierno de Estados Unidos a cambio de obligaciones que le sirven [a la FED] como «garantías». Los bancos de la FED en posesión de esos títulos perciben intereses anuales. Muy astutos, ¿no les parece?
Ya en 1992, las obligaciones en poder de la FED alcanzaban un valor de 5 trillones de dólares, y los intereses que paga el contribuyente estadounidense siguen aumentando constantemente. La FED se apoderó de ese increíble patrimonio prestándole dinero al gobierno de Estados Unidos y cobrándole después intereses. El contravalor es ese papel verde que se conoce con el nombre de dólar.
El M3: de cuenta pública a secreto monetario.
El dinero emitido por los bancos centrales no es otra cosa que una deuda del país. Esa deuda se mide con varios criterios, según la inmediatez y tipo de deuda. El sistema de contabilidad que lleva la Reserva Federal de los Estados Unidos tiene cuatro cuentas.
• M0 mide el dinero circulante disponible para transacciones y las cuentas en el Banco Central que se convierten de inmediato en circulante (compensación, etc.). • M1 es el circulante (M0) mas la suma de las cuentas girables (cuentas corrientes). • M2 es M1, más cuentas de ahorro, cuentas en mercado de dinero (money market) y certificados de depósito. • M3 es la deuda total emitida, incluyendo las deudas internacionales: es el M2 más los certificados de depósito en eurodólares, los acuerdos de re-compra, etc.
Es importante repetir que no es el gobierno de Estados Unidos quien emite el dólar, sino la FED, que a su vez se encuentra bajo el control de bancos privados y que pone a disposición del gobierno cantidades de dinero y, como contrapartida, cobra jugosos intereses y recoge impuestos. Nadie se da cuenta de esta artimaña. Además, las obligaciones que el gobierno emite otorgan a la FED una garantía, de carácter público y privado, sobre el conjunto de bienes y fondos de Estados Unidos. Numerosas acciones jurídicas han tratado de obtener la anulación de la ley sobre la FED, sin éxito hasta el momento.
El presidente John F. Kennedy fue el primero que trató de transformar la FED emitiendo un decreto presidencial («executive order number 11110»). Poco después, fue asesinado, probablemente por su propio servicio de inteligencia. Lo primero que hizo su sucesor, Lyndon B, Johnson, en el avión presidencial que lo traía a Washington desde Dallas, fue anular el decreto de Kennedy.
¿Cuál es la situación actual? Los bancos privados tratan por todos los medios de mantener y reforzar su gigantesca fuente de ingresos: el dólar. Y a los países que quieren establecer sus relaciones comerciales internacionales [en adelante] sobre la base del euro, como Irak, Irán o Venezuela, se les tilda de terroristas.
Se obliga a los gobiernos a vender sus productos a Estados Unidos a cambio de dólares carentes de valor, y el desenfrenado aumento de liquidez proporciona a la alta finanza [internacional] las sumas ilimitadas que le permiten comprar el mundo entero.
Los bancos centrales del mundo entero se ven obligados a acumular dólares sin valor como «reservas monetarias». El dólar estadounidense es la moneda privada de la alta finanza, moneda que nadie garantiza, que no dispone de otra garantía que la propia, moneda que se utiliza para maximizar la ganancia, acrecentada sin vergüenza alguna, que se utiliza como medio de dominación mundial y para acaparar las materias primas y otros valores del mundo.
Las manipulaciones de las economías nacionales de los países pobres por el Sistema Monetario Internacional y del sistema de cambio son la mayor mordaza que limita el avance de los pueblos subdesarrollados.
La estafa monetaria y la especulación financiera alcanza dimensiones mundiales, sin que ningún gobierno sea capaz de controlarla ni de ponerle fin o de impedirla. Aunque sobresale el caso de Venezuela, que se propuso eliminar sus deudas con el BM (Banco Mundial) y con el FMI (Fondo Monetario Internacional) y de esta forma eliminar completamente su deuda externa. Por el mismo camino iba Ecuador.
Uno de los factores que permite a los Estados Unidos casi dominar el Sistema Financiero Internacional es que todos los bancos en el mundo toman como referencia el dólar y guardan sus activos líquidos en esa moneda, que es acuñada indiscriminadamente por el Sistema Federal de Reserva de Estados Unidos.
El punto fundamental del asunto es que el gobierno norteamericano emite billetes sin tener un respaldo verdadero en producciones o en oro, iniciativa que tomaron a partir de la década del 70 con el mandato de Nixon.
Todos dependen del dólar, y cada vez que un país intenta cambiar sus monedas de negociaciones a euros, por ejemplo, les sucede lo mismo que a Irak y Libia.
La Reserva Federal ha decidido que a partir del 23 de marzo sólo se publicarán las tres primeras, pero que se mantendrá secreto el M3, que es la más importante para calcular el valor del Dólar.
Esa medida desesperada quiere encubrir el aumento de la deuda internacional norteamericana. Con esa decisión de la Reserva Federal el mundo no tiene más una información confiable del valor del US Dólar. Eso enturbia todos los cálculos hechos en dólares: PIB, exportaciones, reservas de divisas, etc., etc. El secreto cubre también informaciones que permitan reconstruir el M3: emisión de euro-dólares, cesión de pensiones o plazos fijos en el extranjero.
El M3 norteamericano aumentaba desde hace meses, junto con la emisión de dólares. La autorización del Congreso para aumentar un déficit fiscal que supera el Billón (US Trillion), sin aumentar impuestos, indica que algo irresponsable esta en curso. La salida del cauto Alan Greenspan y la llegada de Ben Bernanke a la presidencia de la Reserva Federal lo confirman. Bernanke es partidario confeso de emitir dinero para resolver problemas de liquidez. La emisión secreta del dinero estaba a la vuelta de la esquina.
La medida busca esconder dos cosas y facilitar una tercera: a) la monetarización de las deudas norteamericanas de mediano y largo plazo (liquidación de bonos, etc.); b) la emisión monetaria que sostiene la actividad económica en Estados Unidos; c) la especulación de quienes tienen acceso al M3 secreto, a expensas de los dueños de dólares que no lo tienen.
Es corriente en Washington, que los intereses a corto plazo de la política interna tengan prioridad sobre cualquier compromiso internacional de largo plazo.
En términos de la economía internacional, esta medida es tan grave como el abandono del patrón oro en 1971, en violación de los compromisos (Bretón Woods) bajo los cuales se asumió el Dólar como moneda de referencia. La ocultación del M3 implica también dos cosas capitales: a) impotencia política para resolver problemas estructurales que aquejan el Dólar; b) total menosprecio de las reglas económicas internacionales.
Sin el patrón oro, las monedas de referencia circulan como un crédito a la confianza. La medida de la Reserva Federal es burda y siembra sospechas, justo cuando el desbalance económico y la agresividad militar de Estados Unidos crean ya una crisis de confianza.
El silencio del avestruz. La decisión de mantener el M3, la cantidad de deuda, en secreto debiera generar grandes comentarios y titulares, pero la cobertura ha sido escasa y superficial. La única reacción política ha sido la iniciativa del representante Ron Paul, quien el 7 de marzo introdujo la propuesta HR 4892 para revertir la decisión de la Reserva Federal.