Entre tiendas de licores, comida rápida y terrenos baldíos
un jardinero guerrillero, Ron Finley, encabeza un movimiento social en Los Ángeles
Sur. Ron consideró que el problema era
la solución. Levantó las baldosas frente a su casa y plantó en 45 m x 3m distintas verduras. “Mi grupo L.A.
Green Grounds y yo nos juntamos y empezamos a plantar nuestro bosque de comida,
árboles frutales, ya saben, las nueve verduras completas” dice Ron. Es un
enorme ejemplo de que las personas pueden encargarse de sus comunidades para
tener una vida sustentable. Todo lo que hacen es voluntario. Cada persona o
grupos de personas mantienen y crean su huerto,
y está en la calle por una razón: la gente que pasa hambre puede
coger la comida ya que lo que quieren es que retomen su salud.
Además la hazaña no queda ahí, sino que está haciendo que
muchos chicos de la calle dediquen su tiempo a mejorar su calidad de vida y la de sus
vecinos a través de un acto tan terapéutico como es la “jardinería”.
Plantar verduras hace que la gente coma verduras. Si no se
aprende cómo el alimento afecta tanto al cuerpo como a la mente, todos “comemos
a ciegas lo que se nos pone en frente”. Ron Finley no habla de cosas gratis,
porque lo gratuito no es sustentable, sino de poner a trabajar a la gente, el
honor de cultivar tu propio alimento y abrir mercados de agricultores. Quiere
que: “todos se conviertan en renegados ecolucionarios, jardineros gánsteres, gánsteres
que tomen su pala”. En esta banda el himno es:
“Cultivar tu propio alimento es
como imprimir tu propio dinero”
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