Para nosotros

Carta a la comunidad del OSEL

Las monedas sociales deben ser herramientas para crear y fortalecer tejido social. El tejido social es ese conjunto de relaciones personales que dan cohesión a un grupo de población. Posibilita la puesta en práctica de la democracia directa y el consenso. Da lugar a redes de apoyo mutuo. Permite la rebeldía contra las relaciones de poder. Cuanto más amplio y más fuerte sea, los trabajadores tendremos más capacidad de provocar cambios.

Por lo tanto, el OSEL no es un fin en sí mismo, es una herramienta para alcanzar un fin, que es la construcción de una nueva sociedad que sea tal y como nosotros decidamos.

Durante toda la historia de la humanidad ha existido el espacio del mercado, pero siempre fue una institución minoritaria. Las relaciones mercantiles entre las personas eran puntuales porque casi todas las necesidades personales eran autogestionadas. En la actualidad, por el carácter consumista de nuestra sociedad, que crea falsas necesidades continuamente, y una educación y un sistema laboral que nos lleva a la ultra-especialización, el mercado monopoliza casi todas nuestras relaciones personales.

Sabemos que inmediatamente no se pueden volver a esos grados de autogestión, pero no por ello dejamos de ser conscientes de los problemas que nos está causando el dominio del mercado en las relaciones sociales, y de la necesidad de su reducción. Debemos debatir con detenimiento si la oficina no está generando nuevos espacios mercantiles. Sobre todo en los talleres. Enseñar y aprender es lo que nos hace humanos, no es comprensible mercantilizar el conocimiento.

Por este problema, el camino del OSEL tiene que ser doble. Por un lado debe quitar terreno a los espacios mercantilizados en donde sólo existe el EURO. Por otro debe hacer crecer los espacios fuera del mercado, en donde las relaciones humanas no tienen un balance cero, sino que se basan en valores como la amistad, la fraternidad, la honestidad. Ninguno de los dos caminos puede ser dejado de lado.

Si el OSEL se encamina a ser sólo un mercado libre al margen de la burocratización y la distorsión estatal, se derrumbará en el intento. Porque el dogma liberal es falso: la agregación de individuos en competencia no lleva a la autorregulación de la sociedad, ni a una sociedad más justa y más libre.

Por esto es fundamental que el OSEL esté movido por unos tipos de relaciones diferentes, no basadas en intereses privados, ni en uniones etéreas de individuos altruistas. La comunidad del OSEL debe estar cohesionada por la participación y el debate, por la resolución de necesidades comunes, por el trabajo conjunto.

Debemos fomentar la horizontalidad y la participación. Debemos poner en práctica la equidad dando valor a aquellos trabajos que en el capitalismo no lo tienen. Debemos reconocernos como una comunidad que se apoya, se cuida y soluciona sus necesidades, no como una oferta de servicios. Debemos, en fin, construir un proyecto de emancipación social y política.

LMM

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